miércoles, abril 18, 2007

Estupidizandome con placer...

En algún otro texto mencione que el género femenino se vuelve absoluta e irremediablemente pelotudo cuando se enamora, y muy poco perspicazmente me excluí a mi misma de esa característica primordial que hace que una mujer sea de hecho, una mujer…
Pero como el tiempo es sabio y la vida se encarga día a día de desbaratar mis fantásticas obras filosóficas (¿), hoy no tengo opción y me reconozco parte de ese hermoso aquelarre de “brujas” pelotudizadas.
Para quienes estén leyendo esto, particularmente todos aquellos que me conocen mas en profundidad, seguramente les resultará incomprensible que yo, esa especie de Dr. Jekill y Mr. Hide que siempre reniega de su Jekill haga semejante declaración; pero bueno, deberían tenerlo claro ya… estoy siempre a su disposición para sorprenderlos (¿¿) con cada vez más y más lecturas de una misma realidad… la mía.
Y como nada puede (o debería) ser sacado de su contexto, pasaré a resumirles los hechos que hicieron de mí una de esas tantas máquinas de pensar huevadas (o no pensar directamente) que durante tanto tiempo me negué a ser, `pero no sin antes admitir que suele ser un fantástico mundo para darse una vuelta….
Como les contaba, y para seguir una cierta linealidad en este texto, a casi 26 años del momento de huida del útero materno, ciertas situaciones hicieron de mi una mujer HECHA y DERECHA (o algo así).
Todo empezó hace un par de semanas cuando la fusión entre mi personalidad taurina y mi instinto pacifista se unieron en un cierto tipo de debate político-económico-filosófico en un Chat. Lo sorpresivo de la situación no fue justamente el debate en sí sino una ventanita que se abrió a un costado que decía… -“Es muy cierto lo que decís…”. Este fue el inicio de mi transformación.
A esta ventanita le siguió el intercambio de cuentas de mensajería instantánea y a éste, extensas “charlas” sobre más que miles de cosas que rápidamente se tradujeron en una inexplicable ansiedad por ver esa pantallita con letras negras diciéndome… -“Buenas tardes mi querida dama..”
Horas y horas… de intercambio “letristico”, días y días de conversaciones muchas veces inexplicables o irreproducibles (si si.. quédense con la duda pero hay cosas que prefiero guardarme… DEMANDENME jejeje) culminaron en la tan esperada y temerosa charla acerca de un encuentro. A las 17:42 exactamente (como amo los logs jejeje) se decidió que la hora del encuentro serían las 23:20 del mismo día (y si… nada en mi vida viene con previo aviso…) así que en menos de lo que canta un gallo debía prepararme mentalmente para un encuentro que había imaginado más de un par de veces y que me producía tanto temor y ansiedad como la primera vuelta en la montaña rusa. Pero bueno, para que contarles lo que sucedió en las horas que siguieron hasta el momento precisado… ansiedad, emoción, nauseas, alrededor de 18 puchos y finalmente, calma… o resignación a que era algo que iba a suceder aunque no quisiera aún si era lo que quería (ven… les dije que estaba estupidizada… )
En fin… 23:21 y un abrazo de dos minutos después, mi cerebro decidió tomarse vacaciones y en su lugar apareció otro órgano que no tiene en su programación ninguna referencia a la lógica y a la racionalidad.
Sin poder utilizar las únicas dos neuronas que tenía a disponibilidad luego se semejante despliegue emocional de las horas anteriores, las que siguieron fueron extraordinariamente las más fantásticas de mi vida. Un largo viaje en el 29 lleno de miradas cómplices, de ceder asientos y abrazos naturalmente acaecidos; una cerveza en (para mí) el más mágico de los lugares, una caminata fabulosa, aplausos y palmadas que tenían que ver más con una invasión de mosquitos que con algún chiste de un comediante callejero y besos… y caricias… y tartamudeos… y más besos…
La noche concluyó con la ilusión de un encuentro la noche siguiente ya que ésta nos había resultado insuficiente para calmar nuestros “apetitos” por el otro (menos averigua dios y perdona gentes)…
Lo que vino después fue una cena, un boliche y, en resumen, si dije que las anteriores habían sido las horas más fantásticas de mi vida, ésta fue la noche más hermosa que pude haberme imaginado. En esta circunstancia mis dos neuronas, que estaban disponibles, no fueron llamadas a trabajar y decidieron tomarse vacaciones por tiempo indeterminado.
Desde aquél momento hasta ahora, no sólo hice todo aquello que odie de las mujeres sino que además, lo hice con orgullo y sin ningún tipo de restricción (acuérdense que todavía espero el regreso de mis dos amigas necesarias para un cierto tipo de sinapsis…). Hablé como nena, dejé mensajitos y nicks tontos en el msn, mandé sms, llamé por teléfono, me desesperé y comí más chocolate que el que habría querido (o debido) y todo eso lo hice varias veces por día durante varios días…
Increíblemente mi caballero en corcel blanco, con un piercing y un recorte de barba que me vuelve loca, no sólo no se inscribió para las carreras en el hipódromo sino que además pareciera incentivar aún más mi “costado” femenino (o mi frente, o mi espalda… o algo).
Dadas las extrañas circunstancias en las cuales me encuentro (porque nadie puede negar que éstas son, para alguien como yo, rarísimas circunstancias), renuncio a criticar a mis “compatriotas” idiotizadas (aunque sea por el momento) y decido anunciar mi nueva situación creada por la aparición de un “caballero” (como me gusta llamarlo) que provocó ciertos sentimientos un poco olvidados y facetas nunca encontradas…
A vos te digo, si me preguntas como estoy, sólo encontrarás una respuesta: estoy ESTUPIDIZANDOME CON PLACER.

Esto es para todos los cínicos abstraídos, los críticos hedonistas, los racionalistas sin abstinencia … Que la estupidez los acompañe y encuentren la manera de vivirla con deleite.

Hasta la próxima !