Anécdotas nocturnas...

Día sábado primero de Junio, lluvioso y frío. Dos amigas solas esperando un proyecto para la noche que Argentina jugaba su primer partido en el Mundial. Se encontraron en un chat y al una de ellas ser plantada decidieron salir juntas.
Sin plata y con ganas de pasarla bien se encontraron en la casa de la primera para salir a, como ellas dicen, romper la noche. Producción de por medio (ropa, maquillajes, etc..) salieron con todas sus expectativas de una noche inolvidable.. y si, lo fue.
Nuestras desventuras comenzaron al darnos cuenta de que no había cambio para tomarnos el 114 desde Belgrano que nos llevaría al cielo nocturno.. (Coyote Devoto). Una de nosotras pidió cambio en un quisco y al no conseguir decidió comprar algo con tanta mala suerte que eligió unos 3D (el hambre a veces puede más) que abrió sin pensar y al darse cuenta de que le habían salido mas de lo previsto seguramente hubiera preferido comer pan duro o devolverlos si el quiosquero se los hubiera aceptado cosa que obviamente no fue así. Entramos en razón de que no teníamos plata para volver pero igualmente decidimos continuar nuestro camino. En fin, con las monedas justas nos subimos al bendito 114. Natalia, la del "supuesto hambre", devoró completamente los famosos 3D pero esto no sería nada si no fuera por la reacción del colectivero cuando ésta se le acerca a preguntarle el tiempo de llegada a destino y el muy "amable" colectivero le dice sutilmente... "que comiste??? Me estas haciendo picar la garganta??" . Atónita, Natalia, busca refugio en mi mirada que al escuchar semejante expresión de sinceridad no podía parar reírme. Entre carcajadas, vergüenzas y la mirada inexpresiva de los demás ocupantes del colectivo llegamos a destino. Para qué habremos llegado a destino?!?!?!?!?
Empecemos la secuencia de forma comprensible. Primero, obviamente luego de la declaración de nuestro querido amigo colectivero (¿?) Natalia, la protagonista oficial de nuestra anécdota entra en un restaurante (que para que mencionar.. era de mala muerte) a tomar un vaso de agua tratando de quitarse el olor que los "ricos" 3D le habían dejado en la boca. Lamentablemente, los 3D no tenían ganas de abandonar la boca de esta mujer así que decidimos comprar chicles de menta que nos ayudarían con los chicos que supuestamente pretendíamos conocer. Para que explicar que los chicles, así como la leche, también aumentaron en nuestro país. (Que barbaridad!!!!!! Un chicle 10ctvs ¡!!!! Solo en Argentina.). Así es que masticando chicle e hipotetizando sobre diferentes situaciones en relación al anteriormente mencionado aliento (no creo que sea necesaria demasiada explicación..) llegamos a la puerta del boliche. En conclusión, el tan esperado cielo termino siendo un desafortunado infierno al no poder ingresar luego de haber estado mojándonos bajo la lluvia aproximadamente unos 15min esperando a un supuesto amigo que nos haría entrar. Los eternos 15min terminaron con la conclusión de reventar la plata que yo tenía para pagar el diario al día siguiente (plata obviamente de mi "amorosa.. querida... divina.. copada... comprensiva" madre) En fin.. terminamos nuevamente en un 114 (...) de vuelta a Belgrano. Nuevo proyecto: Pool Mendoza.
Dios sabe porqué, pero esperábamos algo que obviamente no sucedió. Buena onda, chicos lindos, fútbol, pool y alcohol. Como se imaginarán, derivamos en McDonalds. Hete aquí, queridos amigos, que la travesía aún no ha terminado.. es más.. mucho queda por recorrer.
Refunfuñando entre dientes por nuestro desafortunado supuesto fin, entramos a nuestra segunda casa e inmediatamente pedimos dos cafés.. "9 de azúcar y uno de leche" ( 9 por no decir 7 que era lo que realmente necesitábamos pero bueh.. esa es otra historia...) A todo esto, junto con el café pedimos un cenicero... (UNO) pero nunca sabremos porqué nos dieron 4 (nos habrán visto cara de fumadoras empedernidas??!!??) no sería eso tanto problema sino hubiera sido porque 10min después tendríamos que abandonar el establecimiento por obra y gracias del esperado partido a las 2am. Tratando ya a esta altura de tomarnos esta noche con toda la calma posible, pero aún con ganas de reventarla decidimos ir hacia otro pool.. Duncan. Comentando sarcásticamente lo que nos había sucedido pateamos bajo la lluvia hasta la nueva aventura. Llegamos y parecía estar como lo que esperábamos a no ser por tres "pequeños" detalles...
1- no había sillas
2- no podíamos jugar al pool
3- una vez conseguidas dos sillas.. teníamos que pagar consumición
Creo que está de más una explicación del siguiente paso. Con toda la bronca y totalmente desilusionadas, sin ningún tipo de expectativas y con ganas de suicidarnos con el último del los cigarrillos que nos quedaba, terminamos en un boliche vecino. Observamos la entrada de ese boliche y ésta nos hizo acordar a otra anécdota, pero explicarla ya sería mucho. El lugar estaba vacío y además había que pagar entrada; aclaremos algo, lo de la falta de expectativas, como ya se habrán dado cuenta, no era tan literal. Terminamos nuevamente en la parada del famoso.. añorado y renombrado 114 rumbo a la casa de Natalia ya que habíamos decidido, pese a todo, continuar la noche. Si ustedes están pensando que esto ya termina, les recomiendo que vayan al baño, busquen un café y sigan sentaditos prestando mucha atención porque la carrera, aunque ustedes no lo crean, continua.
Si les dijera que en el quiosco que se encuentra justamente en la parada (Cabildo y Monroe), nos encontramos con lo que decidí llamar.. "sorpresa y media".. ustedes me creerían?? Imagino que no.. pero esperen, lean y después me cuentan. Dos señoritas conocidas aparecen en el mismísimo momento de contar las monedas. Con la ilusión de terminar la noche de forma mas emocionante que solo dos mujeres tiradas en la cama viendo el partido y tomando mate, decidimos comprar algo de alcohol e invitar a estas "señoritas" a la casa de Natalia. Saturadas de tanta mala suerte y aunque no nos crean sin una sola gota de alcohol en nuestro organismo (hasta el momento, claro está) dimos un espectáculo digno de ser visto. No está de más mencionar a los quiosqueros y al policía de la puerta que no sabían si esconderse o aplaudir. Con una petaca de Volskasha, un vino tinto y uno blanco volvimos a emprender camino hacia la casa donde nos esperaba media botella de licor de dulce de leche (media.. si si, media). El recorrido se volvió bastante interesante cuando decidí bailar eróticamente en el medio de la calle junto a mi amiga a ver si conseguíamos quien nos llevara. Ya que no funcionó, decidimos tomarlo como broma para no desperdiciar el encendedor tratando de prendernos fuego (). Mi actitud incentivó que Natalia se abalanzara al primer colectivo que pasara para hacerle dedo. Por suerte (por primera vez en la noche algo salía como lo esperábamos) el colectivero, mas amable pero con menos sinceridad que el primero, accedió a su pedido y subimos con extrema rapidez. Una vez en la casa... cuatro mujeres, mucho alcohol, partido en la televisión, música, puchos y aparentemente, para nosotras dos, un destino escrito. Bailando nos sorprendió el primer gol y con la emoción, trago va, trago viene, baile va, baile viene.. manito va... manito viene... ni dios debe saber como ni porque pero descubrimos que nuestras nuevas amigas no eran ni tan "señoritas" ni tan heterosexuales. Las miradas cómplices entre Natalia y yo ya eran demasiadas. Cabe mencionar que no solo nos toquetearon a mansalva, nos tomaron todo el alcohol y nos fumaron todos los puchos, sino que también terminamos limpiando una hermosa vomitada... pero esto es para más adelante. Entre toda la supuesta diversión decidimos entrar al chat para buscar chicos. La búsqueda de chicos terminó en una búsqueda de sexo y en 4 chicos viniéndose desde Lanús. Mientras esperábamos a los muchachos que supuestamente le pondrían pimienta a la reunión femenina, una de las supuestas "señoritas" terminó sin pantalones, sentada en el inodoro con la cabeza entre las piernas y con gran cantidad de su contenido estomacal en el piso gracias a todo el alcohol que obviamente no nos dejó tomar a nosotras (vieron?? El convidar alcohol hace bien a la salud). La fantástica idea de invitarlas quedó en el piso del baño con los panchos, vinos, volskasha y licor de dulce de leche desparramados con exquisita puntería. La solución al problema no era tan fácil; había que sacarla de la casa, limpiar todo y encima llevarla a algún lado. Entre toda la desesperación del momento por el tic tac del reloj que nos indicaba que la madre de Natalia estaba por llegar y vería tan patético espectáculo, logramos sacarla a la calle. Aquí es donde vino el verdadero problema... como la movíamos y a donde. La designada fui yo. Corrí, corrí, corrí y corrí.. (2 cuadras..) a buscar ayuda. Terminé en el Hospital Pirovano pidiendo una ambulancia y corrí, corrí, corrí y corrí (nuevamente dos cuadras) hacia la "sorpresa y media" y mi amiga que estaban esperándome. Al llegar me encontré no solo con ellas sino también con los pobres, infelices, y demás.. 4 chicos de Lanús. La "sorpresa y media" terminó lléndose en ambulancia mientras Natalia y yo nos quedábamos con los chicos. Creo que ya di indicios de lo que al atravesar la puerta pasaría. En resumidas cuentas, los chicos se fueron por pedido expreso mío, ya que realmente fuera de la buena onda que pusimos, los muchachos pareciera que necesitaban perder su virginidad y nos sentíamos presionadas por la situación (¿?). Y como para que se den una idea, terminamos solas, sin puchos, sin alcohol, sin pool, sin boliche, sin fiesta, sin chicos, con el baño sucio y sin querer más; más que escribir esta noche memorable que quedará en la eternidad de las anécdotas compartidas.